¿Fast Food or Fast Contamination?
Estados Unidos es uno de los principales países capitalistas del mundo, cuyo sistema económico le ha permitido consolidarse como una de las grandes potencias globales de la actualidad.
El capitalismo estadounidense está estrechamente vinculado con la mentalidad cultural y social del país, que busca conseguir el llamado ‘sueño americano’, fundado en la idea de alcanzar el éxito a través del esfuerzo y el trabajo duro. Esta presión por alcanzar el éxito en el menor tiempo posible ha generado una necesidad social por maximizar su recurso más preciado, el tiempo, dando lugar a la conocida “Fast Culture”.
El sociólogo Zygmunt Bauman desarrolla la idea de modernidad líquida para explicar la sociedad actual, que se caracteriza por la rapidez e inestabilidad contemporánea. Las relaciones, según Bauman, son efímeras y frágiles, conduciendo a una cultura de consumo rápido cuyos productos son instantáneos y rápidamente desechables. Así, la “Fast Culture” se ha convertido en un fenómeno a nivel mundial que se extiende por diferentes ámbitos, como la moda, la tecnología y la alimentación, entre otros.
El país lidera el ranking mundial de consumo rápido, con más de 200 marcas de comida rápida, cuyos efectos son desfavorables tanto a nivel individual como medioambiental. El consumo desmesurado de comida rápida ha provocado problemas ambientales, entre ellos la acumulación de residuos y el agotamiento de recursos naturales, fomentando una cultura de 'usar y tirar' que agrava aún más estos problemas.
El sector alimenticio en EE.UU. supone uno de sus mayores ingresos económicos para el país; En 2022, la industria estadounidense de la comida rápida obtuvo unos notables ingresos de 331,41 billones de dólares, según señala Scottmax en un estudio de 2022.
La demanda sigue en aumento, y cada vez son más las estrategias de marketing y persuasión que estos establecimientos emplean con el fin de atraer a más consumidores. Cada vez más, los comercios ofrecen opciones veganas y sin gluten para ampliar su público. Además, utilizan tendencias actuales para adaptar sus anuncios en las redes sociales y otras estrategias promocionales que atraigan a posibles clientes con el fin de aumentar sus beneficios económicos.
McDonald's, el gigante de la comida rápida, cuenta con más de 40.000 establecimientos en todo el mundo, entre ellos 13.500 solo en EE.UU.. Estos datos son alarmantes debido a los efectos contaminantes que provocan estas empresas en el país, que la ciudadanía consume en masa.
El sistema de producción utilizado por grandes cadenas como Subway, Starbucks y McDonald's genera una cantidad significativa de residuos, incluyendo el plástico de los envases desechables. La existencia de miles de establecimientos de estas marcas contribuye a la acumulación masiva de residuos en el medio ambiente. Además, el desperdicio de alimentos es un factor que grandes empresas como McDonald's generan al final de cada jornada laboral.
En consecuencia, las alarmantes cantidades desechadas aumentan la conciencia social frente al problema, hasta el punto que las propias marcas adoptan campañas y medidas de concienciación ambiental, como la sustitución de envases de plástico por envases reciclables o de cartón.
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El gigante de las hamburguesas se transforma en “McDonald's es verde”, cambiando el color de su logo al verde para proyectar una imagen de sostenibilidad con la marca.
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Starbucks ha creado el “Farmer Support Center”, que brinda apoyo a los agricultores de café para un cultivo más eficiente y respetuoso con el medio ambiente.
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Coca-Cola lanzó el pódcast ‘Crónicas del Futuro’, donde a través de la ficción sonora crea historias de concienciación ambiental.