Don’t look up: una bofetada en la cara
La película Don’t look up se estrenó el pasado 5 de diciembre en Netflix, y ha dado mucho de qué hablar, no solo por su increíble casting, sino por su trama y su enfoque satírico. Está dirigida por Adam McKay (Ant-man, The Big Short), y protagonizada por Leonardo DiCaprio (Titanic, El lobo de Wall Street), Jennifer Lawrence (Los juegos del hambre, El lado bueno de las cosas) y Meryl Streep (Mamma mia, El diablo viste de Prada).
Don't look up trata sobre unos astrónomos: Randall Mindy (Leonardo DiCaprio) y Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence) que descubren que un asteroide se dirige hacia la tierra y es probable que acabe con la humanidad. Randall y Kate quieren concienciar a la población de esta catástrofe, que “miren arriba” y sean conscientes de lo que está pasando, y hagan algo al respecto. Vemos cómo los medios más importantes no le dan la importancia que merece, y tienen que hacerlo por su cuenta. Crean su propia campaña de concienciación: “Look up”. Orlean, la presidenta de Estados Unidos (Meryl Streep) y su equipo, crean una campaña opuesta a la de Randall y Kate, y la llaman “Don’t look up”.
Un acontecimiento que podría enfocarse desde el drama como lo hacen películas como El día de mañana o 2012, Mckay lo enfonca desde la sátira y el humor negro. Critica la situación en la que vivimos con el cambio climático. Este apocalipsis inminente no parece importarle a nadie, ni a los líderes de gobierno, ni a la propia población. Se critica esa pasividad ante una realidad aterradora, como lo es el cambio climático.
Cuando ves por primera vez la película, te hace gracia lo estúpido que parece todo y no entiendes cómo es posible que ante una amenaza tan grande, no se haga nada. Luego, te das cuenta de que es exactamente lo que está pasando a día de hoy, y que, al final, tú mismo eres uno de esos personajes que no parece importarle lo que está ocurriendo. Es como si Adam Mckay se estuviera riendo de ti, al hacer esta película.
Somos conscientes del daño que estamos causando al planeta, somos conscientes de que no hay vuelta atrás, que los gobiernos y empresas mundiales no hacen nada al respecto, y nos da igual.
En conclusión, Don’t look up no habla sobre un asteroide que va a acabar con la tierra. Va de lo absurdo que es el mundo en el que vivimos y la pasividad ante una amenaza tan real y terrorífica. El hecho de tener un casting tan potente, reconocido y talentoso, hace que llegue a más gente, además de estrenarla en una plataforma tan expandida como lo es Netflix. Don’t look up y su estrategia sirven para concienciar a un público mucho más amplio. La sátira es mucho más efectiva la hora de criticar una situación, y McKay lo consigue con creces.