Unzué: “Espero dar motivos para que me recuerden con una sonrisa”
El exportero, que padece ELA desde 2019, explica cómo ha cambiado su vida tras el diagnóstico de la enfermedad
La Esclerosis Lateral Amiotrófica, más conocida como ELA, es un rival imposible de vencer, pero está en manos de quienes la padecen enfrentarse a ella con una actitud positiva. Este es el caso de Juan Carlos Unzué, exportero y exentrenador de equipos españoles de primera y segunda división, a quien le diagnosticaron esta enfermedad neurodegenerativa en 2019.
Unzué no hizo público que padecía esta enfermedad hasta el 18 de junio de 2020, cuando anunció su retiro como entrenador. Desde entonces ha querido aprovechar su popularidad para dar visibilidad a la ELA, un objetivo con el que da un nuevo significado a su vida. En este sentido, Unzué ha reivindicado el valor de ayudar a los demás, pues según su experiencia lo que uno da, sin voluntad de recibir nada a cambio, vuelve multiplicado. Asimismo, el exportero cree que informar sobre la enfermedad es clave, pues de esta forma la gente podría “echar una mano en un momento dado” e incluso “se podrían conseguir recursos económicos que se destinen a la investigación”.
“La investigación es la solución”, así lo afirma el exportero e insiste en que debería haber una “mayor involucración por parte de las administraciones”. El exentrenador denuncia que hay “muy pocas ayudas”, al mismo tiempo que expone uno de los principales problemas con el que deben lidiar las familias: “La persona que se encarga de cuidar al paciente con ELA tiene que dejar de trabajar para hacerlo, entonces no entra ni el sueldo del afectado ni el suyo”, relata, por lo que justifica que no son solo 4.000 los afectados por la enfermedad en España, sino que todas las personas del entorno de los enfermos también se ven perjudicadas. “La excusa de que somos pocos no me vale”, añade Unzué.
El exportero afirma que ha aceptado a la ELA como parte de su vida. “¿De qué vale la queja?”, reflexiona y acaba ofreciendo lo que para él es el quid de la cuestión: la capacidad de aceptar. “Si logramos tenerla, somos capaces de jugar las peores cartas en las mejores condiciones posibles”, sentencia el exentrenador.
“Nuestra sociedad vive a una velocidad de vértigo y la ELA me da tranquilidad y más tiempo para pensar”
Tras el diagnóstico, Unzué considera que su ritmo de vida sí ha cambiado, pero, lejos de verlo como algo negativo o como un motivo de tristeza, es una situación que agradece. “Nuestra sociedad vive a una velocidad de vértigo y la ELA me da tranquilidad y más tiempo para pensar”, expone el exfutbolista para acabar añadiendo que “todos necesitamos salir de ahí, de vez en cuando, para obtener una mayor perspectiva de lo que estamos haciendo”.
Unzué también ha querido destacar lo que para él es la clave para vivir una vida plena. “Ser atrevidos para poder llevar a cabo nuestros proyectos y hacer las cosas con pasión”, expone el exportero. Por ello, se enorgullece de tener la conciencia tranquila por haber podido hacer lo que quería, cosa que le confiere tranquilidad en estos momentos.
La muerte no es algo que le quite el sueño al exfutbolista, pues la ve como una parte más de la vida. Sin embargo, ha querido hacer hincapié en algo que ha aprendido en estos últimos meses: nadie se marcha nunca del todo. “Todos estamos aquí de forma temporal, pero, cuando eres una persona honesta y haces las cosas con buena intención, siempre queda un legado”, expone Unzué. Por ello ha querido dejar el siguiente mensaje: “Espero dar motivos a todos para que me recuerden con una sonrisa”.