REPORTAJE

Las mujeres en el boxeo: combate por la igualdad

Combate de boxeo / Fuente: Tania Álvarez
La falta de rivales, la diferencia en las bolsas y en las reglas de las competiciones son solo un ejemplo de la desigualdad que se vive a día de hoy

La práctica de boxeo femenino empezó el año 1880 en Estados Unidos, momento en que un grupo de mujeres subió por primera vez a un cuadrilátero de boxeo. Este hecho supuso el principio de un largo combate para conseguir una igualdad entre hombres y mujeres encima del ring. De manera progresiva, las mujeres se empezaron a hacer un hueco en este deporte históricamente masculinizado, y en los Juegos Olímpicos de Londres de 1912, el boxeo femenino se convirtió en una disciplina olímpica. Hasta entonces, las peleas entre mujeres no eran oficialmente reconocidas, de manera que no podían participar en competiciones. La lucha entre atletas femeninas era más bien un espectáculo para divertir al público masculino.

Ahora bien, que el boxeo femenino se convirtiera en deporte olímpico no significó que las mujeres ya habían conseguido todos sus derechos, ya que todavía se podían observar actos de discriminación hacia las boxeadoras y limitaciones a la hora de pelear. Los prejuicios de género seguían estando presentes, sin embargo, cada vez más mujeres solicitaban licencias para poder boxear. Muchos expertos sitúan el nacimiento del boxeo profesional femenino moderno en 1996 a raíz de la multitudinaria audiencia que dejó el combate violento entre Christy Martin y Deirdre Gogarty en Las Vegas. A partir de ese momento, las asociaciones de boxeo empezaron a reconocer la figura femenina de manera oficial. En 1997 se celebró el primer campeonato de boxeo femenino en los Estados Unidos. Asimismo, la Asociación Internacional de Boxeo amateur aprobó nuevas reglas y en los años posteriores tuvieron lugar la primera Copa de Europa femenina y el primer Campeonato Mundial femenino.   

En España, la figura de la mujer en el boxeo empezó a cobrar importancia en 1996 después de la celebración del combate entre dos portuguesas en La Coruña. Este acontecimiento hizo que las mujeres españolas se interesaran por el boxeo en una perspectiva profesional. La primera boxeadora con licencia profesional inscrita en la Federación Española de Boxeo fue Esther Paez. Después de tres años triunfando en los rings, la catalana tuvo que abandonar la alta competición debido a un grave accidente de tráfico. En esa época, España empezó a organizar los primeros campeonatos femeninos a nivel amateur, fueron años en los que varias boxeadoras como Soraya Sánchez, Joana Pastrana o Melania Serroche llevaron la imagen de la mujer española boxeadora a lo más alto. 

“La Violencia Álvarez", un ejemplo de perseverancia 

La boxeadora del Team Toni Moreno, Tania Álvarez, más conocida como “La Violencia Álvarez", es una de las actuales figuras del boxeo femenino español. La de Castellbisbal, debutó en el campo profesional el pasado 24 de octubre de 2021, y desde entonces lleva 3 peleas, (las 3 ganadas). No obstante, su carrera en el boxeo empezó mucho antes, en 2016. Álvarez asegura que quiso probar un deporte diferente a lo que había hecho hasta el momento, pero en ningún caso su objetivo era pelear ni participar en ninguna competición. Después de estar un año entrenando empezó a hacer “contacto” y le gustó tanto que decidió convertir el boxeo en algo más que un hobby, debutando de esta manera en 2019. A partir de ahí, disputó 8 peleas amateurs, de las cuales ganó 7 e hizo 1 nulo. Su visión ya no era la de la Tania de 2016: “Mi objetivo desde que debuté fue llegar a ser campeona del mundo, mis sueños se basaron en querer dedicarme al boxeo y llegar a lo más alto”, asegura Álvarez. 

Respecto a las dificultades o adversidades que se ha podido encontrar en el camino, aparte de luchar contra el cansancio tanto mental como físico para seguir entrenando, Álvarez destacaría la falta de rivales: “Han sido muchas las veces que mi entrenador ha tenido problemas para encontrarme una rival de mi categoría, por edad y peso para pelear, muchas de ellas las ha tenido que traer de fuera, a pesar de lo que cuesta todo eso económicamente”. Este hecho lo atribuye a la diferencia que sigue existiendo entre hombres y mujeres en el boxeo. “La mujer ha evolucionado mucho físicamente y pienso que podría hacer la misma cantidad de asaltos y minutos por pelea que los hombres, así como cobrar las mismas bolsas en el caso del boxeo profesional”, destaca la boxeadora. La cantidad de dinero que puede llegar a ganar una mujer que se dedica profesionalmente al boxeo es mucho más baja que la que gana un hombre. 

La brecha salarial, el principal obstáculo para la igualdad

La también boxeadora profesional española, Laura Reoyo, explica que “en un europeo una mujer puede ganar 2.000€, mientras que un hombre puede llegar a los 25.000€”. Asimismo, en los campeonatos mundiales la diferencia en las bolsas es todavía mayor.  “En un título mundial de un chico pueden llegar a pagar hasta 6 millones de euros y por una chica no suele sobrepasar los 350.000€”, apunta el entrenador de Álvarez. También, justifica de algún modo que esta brecha entre mujeres y hombres se da porque “el boxeo de chicos es más atractivo para el espectador y por eso se paga mucho más en combates muy atractivos”. Reoyo ha sido en cinco ocasiones campeona de la comunidad de Madrid, una vez campeona de España, del Spanish Legend, del WBC amateur y de la copa Iberdrola 2021. Además, desde hace unos meses es integrante del equipo nacional. 

Tania explica que alguna de las barreras que se ha encontrado en el mundo del boxeo “por ser mujer” fue al principio de su carrera, cuando se subía al ring del gimnasio a guantear: “Casi ningún chico me quería pegar. Decían que les daba cosa darme porque era una chica, de hecho, recuerdo una vez que tuvieron que sacar del ring a un chico porque no me sacó ni una sola mano en todo el asalto”. Sobre esta situación, Álvarez comenta que su entrenador se enfadó mucho y se dirigió al boxeador diciéndole: “La chica ha venido aquí para aprender a pegarse, no para prepararse para una maratón”. En este sentido, la experiencia de Reoyo ha sido similar. La boxeadora confirma que “al ser una mujer parece que te toman menos en serio”. Además, cuenta que trabajando en un gimnasio ha tenido que soportar situaciones y comportamientos discriminatorios por parte de hombres: “Me ha ocurrido que lleguen hombres al gimnasio, me vean entrenando y digan que no quieren entrenar con una mujer”. 

Las diferencias de sexo en el ring

A la hora de competir también existen reglas diferentes para ambos sexos. En el campo amateur la mujer no puede pelear sin casco, mientras que el hombre a partir de X peleas sí que puede. Además, en los campeonatos mundiales y europeos los asaltos de las mujeres son a 10 asaltos que duran 2 minutos, mientras que los de los hombres son a 12 asaltos de 3 minutos. En el caso de los entrenamientos sí que se puede apreciar más igualdad entre sexos. “En mi gimnasio, a la hora de entrenar no hay ninguna diferencia entre hombres y mujeres. Todos realizamos el mismo entrenamiento, seamos de un sexo o del otro”, apunta Tania. Aun así, aunque cada vez haya más presencia femenina en las clases de boxeo, la boxeadora catalana asegura que suele entrenar y guantear con hombres porque no son muchas las mujeres que quieren pelear, muy pocas son las que deciden dar un paso más y competir. Reoyo está de acuerdo con este asunto, la madrileña recalca que hasta que no se cambió a su segundo gimnasio no pudo entrenar con ninguna chica. “Sí que es verdad que ahora hay muchas más mujeres que antes boxeando, he llegado a ver clases donde el 60% son mujeres, pero a nivel competitivo no hay tantas, es lo único que falta, que pierdan ese miedo”, apunta Reoyo. 

 

 

 

Sin embargo, tanto las boxeadoras como los entrenadores coinciden en algo que podría ser propiamente positivo de esta situación. “Por el hecho de ser mujer tengo más probabilidades de conseguir logros, ya que somos muchas menos”, apunta Reoyo. De la misma manera que lo asegura el entrenador Toni Moreno: “En las chicas es más fácil disputar títulos porque son menos”. De hecho, Moreno explica que casi todas las mujeres apuntadas en su gimnasio, que representan el 40% de su total, son aficionadas y solo practican boxeo sin competir. “Tenemos unas 5 boxeadoras amateur (las que compiten con casco) y 1 boxeadora profesional que es Tania Álvarez”. 

 

 

 

Ambas boxeadoras están de acuerdo en que, en términos generales, se trate de hombre o mujer, es muy difícil ganarse la vida con el boxeo en España. A comparación de Estados Unidos, el boxeo es “un deporte que está muy mal pagado”, ratifica Reoyo. Además, a largo plazo no se imagina viviendo de ello, pero añade que no dejará de intentarlo. Tania, aunque también ve muy complicado poder vivir del boxeo, es más positiva y asegura que “no es imposible”. Ambas coinciden que una de las claves es hacer que los medios de comunicación se interesen para poder conseguir patrocinadores y así “poder asumir las dietas, el físico o el nutricionista”, los cuales suponen unos gastos muy complicados de asumir, y más en nuestro país.

Luchando por un camino más fácil 

La Federación Española de Boxeo, por su parte, incide en la importancia de visibilizar la desigualdad y luchar contra ella, pues no existe un fundamento que justifique esa brecha. También, de forma positiva, asegura que el boxeo femenino está en alza en todo el mundo. “Actualmente, es muy normal ver combates de chicas en televisión, cosa que hasta hace relativamente poco no era así”, afirma. Además, añade que aunque parezca un deporte muy masculino, cada vez son más las mujeres que están presentes y son más valoradas por el público”. 

De hecho, la Federación recuerda un hecho que supuso un antes y un después en la historia del boxeo femenino. “Hace poco se firmó el primer contrato millonario (una bolsa de siete cifras) entre dos mujeres por un título mundial (Katie Taylor vs. Amanda Serrano)”.  “Esto fue realmente un hecho histórico, pues nunca antes ninguna mujer había llegado a cobrar esa gran cifra económica que ha sido superada tantas veces en el boxeo masculino”, reafirma.Si bien es cierto que el boxeo femenino va subiendo escalones y acaparando cada vez más la atención en nuestro país, todavía queda mucho por hacer. Ambas boxeadoras inciden en que el boxeo, por el que tanto luchan, es un frente constante para “ir abriendo puertas” a todas aquellas mujeres que vienen pisando fuerte y no tengan que encontrarse con esta situación. 

Si bien es cierto que el boxeo femenino va subiendo escalones y acaparando cada vez más la atención en nuestro país, todavía queda mucho por hacer. Ambas boxeadoras inciden en que el boxeo, por el que tanto luchan, es un frente constante para “ir abriendo puertas” a todas aquellas mujeres que vienen pisando fuerte y no tengan que encontrarse con esta situación.